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La supervivencia en cáncer de próstata avanzado se ha triplicado en los últimos 15 años gracias a la innovación terapéutica y al diagnóstico molecular

 
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  • El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en varones en nuestro entorno.
  • La mayoría de los casos se diagnostican en estadios localizados, donde las tasas de curación son muy elevadas gracias a tratamientos como la cirugía o la radioterapia/braquiterapia con o sin adición de hormonoterapia.
  • Hasta un 30% de los pacientes con cáncer de próstata avanzado presentan alteraciones en genes implicados en la reparación del ADN, lo que los hace especialmente sensibles al tratamiento con inhibidores de PARP.
  • La terapia con radioligandos, como el radiofármaco 177Lu-PSMA-617, consolida su papel en fases avanzadas de la enfermedad.

Madrid, 10 de junio de 2025.- La supervivencia de los pacientes con cáncer de próstata avanzado se ha triplicado en los últimos 15 años, gracias a la incorporación progresiva de nuevos agentes hormonales, quimioterapia y radiofármacos. Mientras que, en 2005, con opciones limitadas a la quimioterapia, la mediana de supervivencia se situaba entre 12 y 18 meses, en la actualidad puede superar los 40 meses en poblaciones seleccionadas. Entre los avances más relevantes, destacan los ensayos clínicos que combinan inhibidores de PARP con tratamientos hormonales, como talazoparib y enzalutamida, que ha alcanzado medianas de supervivencia de hasta 45 meses en pacientes con mal pronóstico. Asimismo, el radiofármaco 177Lu-PSMA-617 ha consolidado el papel de la terapia dirigida a PSMA como un pilar fundamental en el manejo del cáncer de próstata avanzado.

En el marco de la campaña de comunicación “En Oncología cada AVANCE se escribe en Mayúsculas”, SEOM da a conocer la evolución y los avances médicos que se han sucedido en estas últimas décadas en el tratamiento de los diferentes tumores. Coincidiendo con el Día Mundial del Cáncer de Próstata que se celebra mañana, 11 de junio, destacamos los avances más importantes en cáncer de próstata, el primer cáncer más diagnosticado en nuestro entorno en varones, con una estimación de 32.188 nuevos casos en España en 2025, lo que representa aproximadamente el 23% de todos los tumores en varones, según el informe de SEOM Las cifras del cáncer en España de 2025.  

Además, el cáncer de próstata es el tumor más prevalente en varones, con una estimación de prevalencia a cinco años para el año 2020 de 122.025 casos, según los últimos datos disponibles recogidos en el citado informe de SEOM. Sin embargo, ocupa el tercer lugar como responsable del número de fallecimientos por cáncer en varones en España, con una reducción de la tasa de mortalidad de forma progresiva. La supervivencia neta a cinco años de los pacientes diagnosticados en el periodo 2008-2013 fue de 89,8%, la más elevada entre los tumores más frecuentes.

En la actualidad, la gran mayoría de los casos de cáncer de próstata se diagnostica en estadios iniciales, mientras que sólo alrededor del 10% corresponde a enfermedad avanzada (metastásica) en el momento del diagnóstico. En estas fases iniciales, el cáncer de próstata es potencialmente curable en un alto porcentaje de casos mediante cirugía, radioterapia / braquiterapia con o sin la adición de hormonoterapia. Sin embargo, a pesar de la eficacia de estos tratamientos radicales, aproximadamente un 30% de los pacientes van a terminar desarrollando una recurrencia de la enfermedad, que puede conducir a una enfermedad metastásica e incurable.

Dentro del cáncer de próstata avanzado, es fundamental distinguir distintos grupos de pacientes, ya que las implicaciones de tratamiento varían en función de ello. Por un lado, se encuentra el cáncer de próstata hormonosensible metastásico, que puede ser un diagnóstico de novo o presentarse tras una recaída posterior a un tratamiento local. Por otra parte, la enfermedad resistente a castración, que a su vez puede ser metastásica (la forma más habitual) o no metastásica.

Los objetivos del tratamiento en cualquiera de estas fases es prolongar la supervivencia, preservar la calidad de vida y prevenir eventos óseos. Es precisamente en los estadios avanzados donde se han producido los principales avances terapéuticos en los últimos años. En el contexto hormonosensible metastásico, los tratamientos de elección incluyen combinaciones de agentes hormonales (como apalutamida, enzalutamida, abiraterona o darolutamida) o tripletes que asocian docetaxel con agentes hormonales (abiraterona o darolutamida). En la fase de cáncer de próstata resistente a la castración metastásico (CPRCm), las opciones se amplían e incluyen quimioterapia (docetaxel o cabazitaxel), nuevos agentes hormonales (abiraterona o enzalutamida) y radiofármacos (radio-223 o 177Lu-PSMA-617), seleccionándose según las características del paciente y los tratamientos previos recibidos. Recientemente, el estudio PEACE-3 ha mostrado que la combinación de enzalutamida con radio-223 mejora la supervivencia de pacientes con CPRCm con enfermedad ósea, reforzando, además, el valor de las terapias dirigidas al hueso.

En los últimos años, los inhibidores de PARP han demostrado eficacia en CPRCm, tanto en monoterapia como en combinación con hormonoterapia, especialmente en pacientes con alteraciones en genes de reparación del ADN. Estas alteraciones, siendo BRCA2 la más frecuente, están presentes en hasta un 30% de los pacientes con CPRCm, y en un 12-16% de los casos tienen origen germinal, lo que implica consideraciones relevantes para el asesoramiento familiar. De forma reciente, los resultados del estudio AMPLITUDE han demostrado que el beneficio de esta estrategia podría trasladarse a etapas más tempranas de la enfermedad, como el cáncer de próstata hormosensible metastásico, reforzando la importancia de realizar el estudio molecular en estos pacientes.

Por último, en pacientes con carcinoma de próstata resistente a la castración que todavía no han desarrollado metástasis, tanto apalutamida como enzalutamida y darolutamida, todos ellos agentes hormonales, han demostrado retrasar la aparición de metástasis y aumentar la supervivencia global.

Secuencia óptima de fármacos

En la actualidad, uno de los desafíos más importantes consiste en definir la secuencia óptima de fármacos para obtener el máximo beneficio en cada paciente en particular. En este sentido, los avances en el conocimiento de la biología molecular de la enfermedad están permitiendo avances hacia un enfoque más personalizado. Esta estrategia, centrada en las características individuales del paciente y su tumor, puede superar los 40 meses de supervivencia media, preservando la calidad de vida.  

Diagnóstico y estratificación molecular

En el diagnóstico también se han experimentado mejoras importantes. La tomografía por emisión de positrones con PSMA (PET-PSMA) se ha incorporado a la práctica clínica como prueba de elección para la estadificación inicial en pacientes de alto riesgo, así como en el contexto de la recaída bioquímica, por su mayor sensibilidad y especificidad. Además, diferentes guías clínicas recomiendan el análisis rutinario de genes relacionados con la recombinación homóloga (como BRCA1/2) tanto para seleccionar pacientes candidatos a inhibidores de PARP como para asesoramiento familiar.

Todos estos avances han podido ver la luz gracias a la realización de ensayos clínicos en múltiples centros del mundo, y a la generosa participación de los pacientes en ellos. En estos avances, ha habido una participación muy significativa de centros españoles. Seguimos creyendo que la mejor opción, en la medida de lo posible, es la participación en ensayos clínicos que sigan intentando mejorar la seguridad y eficacia de estos tratamientos. Pero, por encima de todo, es necesario que aquellos progresos que muestren beneficios significativos se incorporen de manera equitativa para todos los pacientes, y que el acceso al mejor tratamiento para su enfermedad sea universal.