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Cáncer de vía biliar

Diagnóstico 

- ¿Cuáles son los síntomas que nos pueden hacer sospechar un cáncer de vías biliares?

Uno de los síntomas más frecuentes frente a la presencia de un cáncer de las vías biliares es la aparición de ictericia (coloración amarillenta de la piel), especialmente en los colangiocarcinomas. Ello es debido a que la presencia del tumor, especialmente en el caso del colangiocarcinoma o del ampuloma, colapsa la salida de la bilis del hígado. Es menos frecuente en el caso del tumor de la vesícula biliar.

En el caso de que el tumor se diagnostique de forma avanzada (con la presencia de metástasis) el paciente puede explicar una falta de apetito y una pérdida de peso sin causa aparente. Estos síntomas son especialmente frecuentes en el cáncer de vesícula biliar que es el más agresivo.

El dolor abdominal puede ser otro síntoma que nos puede hacer sospechar el cáncer de la vía biliar, aunque suele ser un síntoma común en muchas enfermedades.

- ¿Qué exploraciones hay que realizar en caso de sospechar un tumor de la vía biliar?

La analítica general permitirá detectar la presencia de una alteración de la expulsión de la bilirrubina en caso de que exista, así como otras alteraciones del funcionamiento hepático.

Para confirmar la presencia de un tumor de la vía biliar se realizará un TAC toracoabdominal, que nos confirmará la imagen del tumor, la localización del mismo, la posibilidad o no de ser operado (dependerá de la extensión del tumor, de si afecta o no a órganos vecinos o a vasos sanguíneos), y nos informará de la presencia o no de metástasis a distancia.

En algunos casos una colangioresonancia puede definir mejor la extensión local del tumor y ayudar en la decisión de si un tumor es o no es quirúrgico.

El marcador tumoral que puede estar elevado en este tumor es el CA 19.9. Como en otros tumores es muy frecuente que este marcador esté elevado en el caso de que exista un tumor de la vía biliar, pero puede estar elevado en muchas otras circunstancias. Así pues no es diagnóstico de la presencia de un tumor de la vía biliar, pero puede generarnos la sospecha.

La obtención de una biopsia de este tumor no siempre es un procedimiento fácil, en ocasiones la difícil localización del tumor hace que no sea factible confirmar a través de una biopsia la presencia del tumor, sobretodo cuando el tumor se origina en la vía biliar de fuera del hígado o en el hilio hepático.

En caso de que los pacientes sean candidatos a cirugía de entrada, la biopsia no es necesaria en todos los casos.

Siempre es importante frente a la sospecha de un tumor de vía biliar, comentar el caso en un comité de tumores.

En los últimos años se ha aprendido como los colangiocarcinomas intrahepáticos, los colangiocarcinomas extrahepáticos o el tumor de la vesícula biliar son diferentes en cuanto a pronóstico y a nivel molecular, presentando alteraciones en genes muy diferentes.

Tiene un especial interés el estudio molecular del colangiocarcinoma intrahepático, debido a que es un tumor con un porcentaje alto de alteraciones que podemos tratar de forma personalizada (alrededor del 40% de los pacientes). A día de hoy estos tratamientos solo están disponibles a nivel de proyectos de investigación.


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