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Tumores cerebrales

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Factores Pronósticos

Un factor pronóstico es aquella información de la enfermedad que nos permite conocer cómo puede comportarse y valorar el tratamiento más adecuado.

Entre los factores pronósticos a considerar en los tumores cerebrales están los siguientes:

Tipo Histológico (tipo de tumor cerebral): Sabemos que no todos los tumores cerebrales se comportan igual por lo que algunos de ellos tienen un comportamiento menos agresivo que otros como por ejemplo el astrocitoma (grado II) en comparación con el astrocitoma anaplásico (grado III) o con el glioblastoma (grado IV).

Grado histológico: El grado histológico informa dentro de un mismo tipo histológico sobre el comportamiento del tumor. Por ello se han establecido cuatro grados (I a IV) siendo los tumores de grado III y IV los de comportamiento más agresivo y menor supervivencia. Los tumores de grado II son de comportamiento intermedio y pueden progresar a grado III o grado IV con el tiempo. Para definir el grado de un determinado tipo histológico de tumor cerebral consideramos diferentes características de las células que lo componen como la Atipia nuclear (alteraciones en el núcleo de la célula), la mitosis (capacidad de crecimiento), microproliferación vascular (aparición de nuevos vasos) o la necrosis (zonas del tumor con células muertas).

Alteraciones genéticas y moleculares: En estos últimos años asistimos a un cambio cada vez más relevante en este apartado. En efecto disponemos de más y nueva información que nos permite, sobre todo en los gliomas, individualizar cada vez más el tratamiento. Algunas características moleculares también conocidas como biomarcadores y que vamos conociendo mejor hacen que podamos saber con mayor certeza como se van a comportar (pronóstico) y/o como van a responder a los tratamientos (predictivo). Estos biomarcadores adoptan nombres de los genes (MGMT o IDH) implicados o bien de alteraciones descritas en los cromosomas (1p/19q). Esta información tiene ya hoy en día una aplicación directa en la clínica y permite adaptar mejor los tratamientos y por lo tanto la supervivencia de los pacientes.

Estado funcional: La capacidad del paciente para hacer una vida más o menos independiente en cuanto a sus actividades básicas de la vida diaria, es un importante factor pronóstico. Cuanto más independiente esté el paciente mejor será su estado funcional y ello conlleva un mejor pronóstico.

Edad: En adultos, cuanto más joven, en general, el pronóstico es más favorable.

Tumor residual tras la cirugía: En los tumores cerebrales es relativamente frecuente que por razones debidas a la localización del tumor, la cirugía no pueda llevarse a cabo por el alto riesgo de secuelas graves. En estos casos solo podemos hacer una biopsia del tumor por lo que siempre se queda enfermedad tumoral residual. Cuando esto ocurre el pronóstico es peor.

Extensión metastásica de la enfermedad: La extensión de los tumores cerebrales a otros órganos o a ganglios linfáticos es muy rara y excepcional salvo en algún tipo concreto como el meduloblastoma que cuando ocurre comporta un peor pronóstico.


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