Comunicado sobre la posibilidad de que el cáncer pueda ser inoculado

COMUNICADO DE PRENSA Madrid, 7 de marzo de 2013

La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), como respuesta a ciertas declaraciones sobre la posibilidad de que el cáncer pueda ser inoculado y que podrían inducir a intranquilizar a la opinión pública, quiere realizar la siguiente declaración:

El cáncer es una enfermedad genética: es decir, se origina generalmente por una mutación en los genes que regulan el crecimiento y la diferenciación celular, la cual confiere a la célula una ventaja proliferativa, que provoca su capacidad para crecer y diseminar, localmente y a otros órganos distantes.

Algunos factores de riesgo conocidos para desarrollar un cáncer son: 

1. Factores alimentarios muy diversos.

2. Factores exógenos ambientales: se relacionan con agentes externos, y que suelen estar relacionados con hábitos (tabaco, por ejemplo), carcinógenos ocupacionales (asbesto, por ejemplo), la contaminación, etc.

3. Agentes infecciosos: algunos virus pueden inducir carcinogénesis en humanos, como el virus de Epstein-Barr (causante de algunos linfomas y carcinoma de cavum) o el virus B de la hepatitis (causante de tumores hepáticos), y algunos parásitos (ameba, Schistosoma, etc.).

4. Radiaciones: inducen tumores por mutaciones en el DNA. Ejemplos tenemos con las secuelas de explosiones o accidentes nucleares. La radiación solar también puede ser dañina para la piel y está relacionado con el cáncer de piel.

5. Factores hormonales: se relacionan con algunos tumores como el cáncer de mama y ginecológico o el de próstata.

6. La herencia: aproximadamente un 5%-10% de los cánceres tiene origen en la descendencia. Ejemplos son las portadoras de mutaciones BRCA 1 y 2.

7. Multifactorial: suma de factores. Es lo más habitual  para la mayoría de los tumores.

Podemos decir, por lo tanto, que el cáncer no es una enfermedad transmisible, de persona a persona. Ni es factible que a una persona se le pueda inocular un cáncer, salvo en el hipotético caso del trasplante de órganos enfermos con una neoplasia. Tampoco parece probable que una transfusión pudiera transmitir un cáncer. La inoculación de virus (salvo el de la hepatitis y tras un prolongado periodo de infección) tampoco parece probable que pueda provocar en una persona un cáncer. Además la inmensa mayoría de hepatitis no terminan en un cáncer. Por todo ello queremos tranquilizar a los pacientes y sus familiares, en el sentido de que la enfermedad que padecen no ha sido provocada por un “contagio” ni es, a su vez, transmisible a sus seres queridos; y que por tanto, las recientes informaciones aparecidas sobre la posibilidad de “inocular” el cáncer son, desde el punto de vista científico, incorrectas.

El cáncer debe afrontarse como una enfermedad más. Gracias a la detección cada vez más precoz (programas de cribado, signos de alarma conocidos, etc.) y a las nuevas terapias, más del 60% de los pacientes se curan  o son largos supervivientes. Por lo tanto, cáncer no es sinónimo de muerte. Desde SEOM se luchó hace ya un tiempo para que se abandonaran términos tan populares como “...falleció de una larga y penosa enfermedad...”, que tanto daño han causado en las personas. El cáncer no es el final, no es sinónimo de muerte: es sinónimo de lucha y en muchos casos, de curación.

Y en esa lucha estamos juntos los pacientes y todos los que nos dedicamos a la salud: médicos, enfermeros, auxiliares, cuidadores, gestores... Por lo tanto no cabe presentar una actitud “opaca”  ni “oscurantista”, sino hablar de cáncer como una enfermedad más, contra la que hoy día tenemos medios con los que luchar eficazmente y los que están a las puertas.

 

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